La importancia de una buena foto

En publicidad, es importante que la fotografía capte nuestra atención, ya sea a través de una situación irreal, de un buen retoque fotográfico o de una escena preparada que nos relate lo que está sucediendo. Quizás junto con un buen titular, este tipo de mensajes visuales son el anzuelo principal en una gráfica publicitaria, por ello tenemos que dedicarle especial atención a la fotografía que escojamos para nuestra composición.

En el caso de que tengamos que sacar una campaña gráfica urgente para un cliente, y no se nos ocurra nada original, es usual vernos echar mano de bancos de fotografías creativas ya preparadas para estos fines, que no solo agilizarán la finalización del trabajo, sino que muchas veces salvarán la campaña.

Viajando por internet me he topado con el surrealismo de Romain Laurent, un fotógrafo publicitario con una calidad en sus trabajos excepcional. En muchas ocasiones las ideas de las campañas nacen de una fotografía que hemos visto en internet, del trabajo de algún fotógrafo que quizás ya se planteó un briefing similar.

Y pensaréis… pues entonces la idea fue del fotógrafo… en algunas ocasiones puede que así sea, pero ahí es donde entra el trabajo del creativo publicitario, debiendo ser capaz de otorgar un nuevo carácter transmisor a la fotografía utilizada. Tened en cuenta que si todo se produjera en la agencia, no existirían los bancos de imágenes ni este tipo de fotógrafos, y para mantener la balanza es bueno que hayan profesionales y necesidades de todo tipo.

Podéis echar un ojo a otros fotógrafos publicitarios como Zena Holloway, Koen Demuynck o Christophe Huet.

Romain Laurent visto en XatakaFoto

Marco García
Marco García

Soy licenciado en Ingeniería Informática, carrera que me atrajo como buen friki de la tecnología, pero de la que no acababa de enamorarme, y por ello, una vez finalizada la carrera y compaginándolo con mi trabajo, decidí estudiar aquello que siempre me había atraído personalmente, el diseño gráfico.

Estudié en distintas escuelas de la provincia y empecé a compaginar mi trabajo como informático, mis estudios de diseño y algún proyecto que me iba saliendo como diseñador. Como en todo, los comienzos son difíciles, pero sabía que aquel esfuerzo merecería la pena.

En el año 2001 encontré mi primer trabajo como diseñador gráfico y desde aquel momento empecé a profesionalizarme en este oficio, hasta que en el año 2008 decidí dar el salto y montar mi propia empresa.

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