20 hábitos de tus clientes que debes afrontar

1.- Quieren grandes diseños a un precio mínimo.
Casi todo mundo tiene Photoshop, así que los clientes piensan que es muy fácil tomar cualquier imagen y convertirla en un buen diseño. Otro síntoma de que les parece fácil, es cuando te dicen: “tan caro me cobras, pero si mi sobrino me dijo que él me lo hace casi gratis, con programas que ha bajado de Internet”. Entonces yo le contestaría… pues que te lo haga tu sobrino.

2.- Te piden que les mandes “propuestas”.
Es muy común recibir correos o en foros de ayuda, pidiéndote que mandes algunas propuestas para que “compitas” con otros diseñadores y que el mejor se gane el trabajo.

Cuidado, porque algunas veces son otros diseñadores tratando de robarte las ideas e implementarlas a un proyecto. O muchas veces te curras una propuesta para intentar coger la marca, y luego te enteras de que esa misma propuesta la utilizó para que se la llevara otra agencia.

3.- Te pagan a plazos o de plano ya no te pagan.
Cada vez que te contraten pide el 50% de anticipo y el resto al entregar el trabajo. Muchos clientes se esperan a que su campaña funcione para pagarte. Ellos quieren cobrar cuando realizan un trabajo, tu exige que te paguen cuando el trabajo está realizado.

4.- Te piden trabajos para ayer.
Infinidad de clientes te pedirán un diseño que debería estar listo hace semanas. Por lo tanto existirá una falta de planificación en cuanto al mensaje y una pobre comunicación hacia el usuario final.
Lo peor viene cuando existen errores costosos por la falta de revisión en el contenido.

5.- Nunca te entregan a tiempo las imágenes y texto.
Jamás esperes que te manden todo el contenido del diseño, tendrás que trabajar con texto simulado e imágenes diferentes a las originales. Deja los textos e imágenes maquetados a falta de las finales. De todas formas recomiendo que les llames para pedirles la información, de esa forma no solo les meterás prisa, sino que verán que tienes interés por trabajar.

Esto puede terminar con que te digan: “baja imágenes de Internet para el catálogo”.

Claro que eso derivará en problemas con derechos de autor, imágenes de baja resolución y en el caso del texto final, por supuesto que tendrá errores.

6.- No te mandarán imágenes de alta resolución para trabajos impresos.
Existen clientes que por ahorrarse el contratar un estudio fotográfico, o la compra de imágenes de bancos, toman ellos mismos las fotografías y te las mandan. Sin saber que las tomaron con una cámara de menos de 4 megapixeles, a un tamaño pequeño, a 72 dpi y además todas necesitan de ser retocadas en Photoshop. Procura trabajar con calidad y si tienes que maquetar un catálogo se previsor con ese tema y presupuesta la compra de ciertas fotos en bancos o realízalas tu mismo si fuera posible.

7.- Te fuerzan a utilizar su imagen corporativa, aún estando mal hecha.
¿Cuántas veces hemos recibido tan solo un impreso en periódico para que digitalicemos el logo de una compañía? y que de ahí saquemos todos los impresos, separación de color para serigrafía, un sitio en Internet, una animación en Flash, etc.

8.- ¿Puedes hacer la tipografía más grande? ¿le podías cambiar el color a un violeta azulado?
Existen clientes que desean estar contigo al diseñar, no pueden evitar el pedir “pequeños” cambios. -Al fin y al cabo te están pagando ¿o no?. Intenta adelantarte a sus necesidades y gustos, y procura siempre aconsejar el camino a seguir y explicar el por qué de cada detalle.

Lo peor es cuando les presentas una propuesta a una “junta de decisión”, con 8 personas o más tratando de justificar su presencia: ¿cómo se vería con fondo rojo? ¿como que la imagen no me dice nada? -ummm, no se, pero como que no me convence, no se qué le falta, pero le falta algo- ¡Oigan tengo una idea! mejor que nos entregue las diferentes propuestas que pensemos en esta junta…

9.- Te piden interminables cambios y juntas de revisión del proyecto.
Existen clientes que desean verte a diario para “pequeños” cambios, antes de darte el OK.

Lo mejor es crear un calendario de revisiones, totalmente controlado por ti.

10.- Siempre te piden más trabajo del acordado en el contrato.
Puede ser bueno si te pagan por ello, pero si te piden algunos extras sin pagarte, entonces existe algo malo en tu forma de arreglar convenios, tendrás que ponerte serio y valorar tu trabajo y el de tus compañeros.

11.- Jamás recibes las respuestas correctas
Cada vez que deseas contactar al responsable del proyecto, no está disponible o te manda intermediarios, terminando así con el mensaje erróneo en el diseño.

Siempre trata de hablar con la persona que lleva el proyecto y evita los intermediarios.

12.- Te culparán con problemas de trabajos impresos.
Se puede ganar un dinero extra tomando la responsabilidad de la impresión, se contrata a un impresor y se trabajaba con él en todo el proceso.

PERO… NO se recomienda, porque si existe un problema de impresión, el primero que pagará por ello eres tu…

Lo mejor es recomendar un impresor al cliente, claro que uno debe estar pendiente de la preprensa, pruebas de color, etc. Pero la forma de pago, calidad y tiempo de entrega de los impresos estará a cargo del cliente y el impresor.

13.- No te querrá pagar si existe algún gasto extra.
Al hacer el contrato debes advertirle que si existen gastos extras como comprar fotografías de “stock”, ilustraciones de último minuto, animaciones adicionales, pago por algún script de Internet, etc. el cliente debe estar consiente y al hacérselo saber estará de acuerdo con el costo.

14.- Te cancelarán un proyecto sin recibir paga alguna.
Algunos clientes acostumbran trabajar con el diseñador al mismo tiempo que se “arriesgan” con un nuevo negocio, si por alguna razón ya no puede continuar te cancelan todo.

Por eso es importante el pago de un anticipo, de otra forma te quedarás sin nada de nada.

15.- Te pedirán el nombre de usuario y contraseña para algún sitio que diseñaste y les entregaste todo para que ellos cambien contenidos.

Así que debes mantener toda la información de acceso a servidores en algún sitio para los sitios que diseñes o que entregues a clientes.

16.- Te pedirán algún diseño que han perdido.
Seguro que te topas con algún cliente que te pida un diseño que hiciste hace tres años para ellos.

Por este motivo guarda copias de todo lo que haces por lo menos en dos sitios distintos, para que cuando alguien te pida algo del pasado, lo tengas archivado.

17.- Existirá alguna disputa legal con algún cliente.

Debes estar preparado por si un cliente te acusa de algún problema con sus diseños. Lo mejor es guardar los correos electrónicos de cada cliente. Por si se tiene que recurrir a ellos en algún problema legal.

18.- Te quieren controlar cada paso en el Diseño.
Existen clientes que desean controlar todos los aspectos del diseño, dejándote muy poca acción en cuanto a creatividad en el proceso.

Es importante que hagas valer tu conocimiento y creatividad (de una forma amigable), para que la persona confié en tu juicio visual. De otra forma solo serás un “operador de la computadora con conocimientos en diferentes programas de Diseño”.

19.- Falta de planificación e investigación por parte del cliente.
Si trabajas con un cliente que no ha investigado o planificado nada con respecto a lo que desea, será muy difícil saber cuales son sus verdaderas expectativas.
Cuantas veces nos han dicho: “No se… quiero un sitio muy simple, algo que me cueste muy poco, pero la verdad no me he puesto a ver otros sitios, pero tu eres el diseñador y debes saber qué me conviene”. Ojalá tuviéramos la clave de todos los negocios existentes sobre la tierra. No olvidar que nosotros podemos asesorar en ciertos aspectos, pero el verdadero conocedor del negocio y la competencia ha de ser el propietario.

20.- Un cliente que se las sabe de todas todas.
En el mundo existen infinidad de clientes que piensan que saben todo acerca de tu trabajo.

Lo mejor es saber tratar con esas personas, respetar lo que te digan, pero utilizar tu juicio de Diseñador. No hay por qué pelearse con él. Si así lo haces tendrás una terrible experiencia de trabajo.
Él tratará de justificar su punto de vista y tu la de contrarrestarlo. Es un círculo vicioso que nunca termina.

Espero que halláis podido aprender algo o por lo menos conocer algo del «maravilloso» mundo de los negocios :mrgreen:

Visto en: Vecindad Gráfica

Marco García
Marco García

Soy licenciado en Ingeniería Informática, carrera que me atrajo como buen friki de la tecnología, pero de la que no acababa de enamorarme, y por ello, una vez finalizada la carrera y compaginándolo con mi trabajo, decidí estudiar aquello que siempre me había atraído personalmente, el diseño gráfico.

Estudié en distintas escuelas de la provincia y empecé a compaginar mi trabajo como informático, mis estudios de diseño y algún proyecto que me iba saliendo como diseñador. Como en todo, los comienzos son difíciles, pero sabía que aquel esfuerzo merecería la pena.

En el año 2001 encontré mi primer trabajo como diseñador gráfico y desde aquel momento empecé a profesionalizarme en este oficio, hasta que en el año 2008 decidí dar el salto y montar mi propia empresa.

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4 comentarios

  1. Hola Ana! bienvenida :wink:

    Efectivamente es un síndrome común entre todos los clientes. Ellos exigen pues son los que pagan, pero nosotros debemos educarles y hacerles ver que este trabajo no consiste en apretar un botón, que influyen muchos parámetros y hay que estar mentalmente preparado para ello, pues si se quiere llegar a cierto nivel hace falta mucho trabajo, esfuerzo y dedicación.

    Espero verte más por aqui :smile:

    Un saludo!

  2. Pues sí, casi todos los puntos coinciden (y los que no coinciden lo harán algún día). ¡Qué profesión tan ingrata!

    Y qué hay de cuando haces un diseño más que aceptable y el cliente se empeza en meter su zarpa para hacer cambios hasta la saciedad? El diseño acaba completamente cambiado y, normalmente, empeorado. Y es cuando te planteas si añadirlo a tu portafolio y poner tu nombre en el footer o si cobrar y negar que lo has hecho tú.

  3. jejeje, tienes razón Jeroen, un día un conocido me contó una historia:

    Un pintor estaba un día pintando un estilizado galgo sobre una pared, la gente que pasaba por allí empezó a opinar sobre su trabajo, que por que no ponía esto aquí, o aquello allá, al final el pintor les hizo caso y el estilizado galgo pasó a convertirse en un camello jorobado…

    moraleja: No caminar hacia atrás, ni para coger carrerilla.

    Un saludo!

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