Hello Work o el romance entre palabras y eficacia

Da gusto ver como un juego de caracteres bien ordenados, en su sitio y justa medida dan como resultado algo que cumple su objetivo. Pocos nombres institucionales o comerciales pueden alardear de cumplir con las condiciones de lo que viene siendo un buen nombre sin más: simple, memorable, descriptivo y con proyección internacional. Para aquellos/as que no lo sepan el servicio de empleo japonés se llama Hello Work; así es, dos palabras occidentales y en perfecto inglés.

En cuanto a logo no hay mucho que decir porque ni frío ni calor ni todo lo contrario, pero lo verdaderamente relevante es la ruta que algún profesional nipón tomó hace varias décadas en cuestiones de naming. Si cierro los ojos casi puedo ver a nuestros meditabundos vecinos lejanos en el momento que consiguieron conectar el trabajo estratégico y creativo con su target: una nación estricta, trabajadora, cosmopolita y entusiasta (raro es que el nombre no lleve exclamación). Pero el mérito no reside sólo en conectar con la forma de pensar del público sino también en sortear un terreno pantanoso que viene dado por una cuestión muy simple: la gente acude a los servicios de empleo cuando no tiene uno, y eso es un aspecto negativo de la comunicación que hay que saber esquivar (más aun en un contexto social y psicológico donde el trabajo es tan importante). Un pequeño análisis:

Hello: Un saludo que invita a entrar, da la bienvenida y, además, contiene la dosis de euforia necesaria para comenzar con buen pie una nueva etapa laboral.

Work: Trabajo en general. Al no optar por el Job, que hace referencia a un puesto de trabajo en sí, se refuerza ese aura oriental del esfuerzo y la superación. Hola trabajo, estoy aquí para esforzarme y dar lo mejor de mí mismo.

Idioma: inglés: ¿Cómo superar el handicap lingüístico? Fácil: si bien el nombre inglés (y la entidad en sí) está enfocada a facilitar el entendimiento por parte de los extranjeros por otro lado tienen una línea clara y muy poco flexible en cuanto a la obligatoriedad del aprendizaje del japonés. Una de cal y otra de tofu. Afortunadamente miles de voluntarios imparten de manera gratuita clases a extranjeros.

Dos palabras que transmiten los valores necesarios para cambiar la actitud de la gente que se tiene que ver las caras con la extremadamente dura e inflexible legislación laboral japonesa. Aquí me permito apuntar este acierto estratégico ya que, de forma magistral, consiguieron el equilibrio entre una entidad rigurosa y su cara amable hacia el público sin perder la idiosincrasia japonesa en cuanto a la redacción de los materiales. En uno de los folletos para hispanohablantes (Hello Work aúna trabajo para japoneses y para extranjeros) se puede leer este simpático consejo-advertencia:

A los extranjeros que deseen trabajar en Japón: ¡trabajemos bajo la administración de empleo adecuada!

Yo, personalmente, pagaría por ver el vídeo de aquella reunión de equipo estratégico en la que algún redactor/a logró vender a un funcionario nipón su Hello Work que, esperemos, no le hiciera perder el suyo.

Autor del artículo:
Israel Martínez – Racó Nòmada
coworking@raconomada.com

Marco García
Marco García

Soy licenciado en Ingeniería Informática, carrera que me atrajo como buen friki de la tecnología, pero de la que no acababa de enamorarme, y por ello, una vez finalizada la carrera y compaginándolo con mi trabajo, decidí estudiar aquello que siempre me había atraído personalmente, el diseño gráfico.

Estudié en distintas escuelas de la provincia y empecé a compaginar mi trabajo como informático, mis estudios de diseño y algún proyecto que me iba saliendo como diseñador. Como en todo, los comienzos son difíciles, pero sabía que aquel esfuerzo merecería la pena.

En el año 2001 encontré mi primer trabajo como diseñador gráfico y desde aquel momento empecé a profesionalizarme en este oficio, hasta que en el año 2008 decidí dar el salto y montar mi propia empresa.

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